Home | Esercizi spirituali
| Arte | Esperienze | Saggi | Link
|
Juan Alfonso Polanco, Brani scelti |
|
|
|
J.A. Polanco, ALTRE PAGINE Jerónimo Giacomo Lainez, Francesco |
Manresa
pp. 163-164 24. Mas,
tornando al propósito, entre otras cosas que le enseñó Aquel qui docet
hominem scientia [Sal 93,10, ndr] en este año, fueron las meditaciones que
llamamos Ejericicios espirituales, y el modo dellas; bien que después el uso
y experiencia de muchas cosas le hizo más perfeccionar su primera invención;
que, como mucho labraron en su misma ánima, así él deseaba con ellas ayudar a
otras personas. Y estos deseos de comunicar al prójimo lo que Dios a él le
daba, siempre lo tuvo, hallando por experiencia que no sólo no se diminuía en
él lo que comunicaba a otros, pero aun mucho crecía. Así que, en la misma
tierra de Manresa comenzó a dar estos ejercicios a varias personas, a las
cuales especialísimamente visitaba el Señor por este medio, con ilustraciones
y consolaciones, gusto admirable de las cosas espirituales, y aumento de
todas virtudes. Barcellona
p. 166 28. Convalecido
ya, y hubiendo estado en Manresa un año, vínose a Barcelona con ánimo de
estudiar, pareciéndole que para mayor gloria divina y ayuda de sus prójimos,
le servirían las letras, junto con lo que Dios N. S. supernaturalmente le
confería. Y así comenzó el estudio de gramática, guardando el modo de vivir
que en Manresa había comenzado, de comer de limosnas y dormir en el hospital;
que esta pobreza de espíritu y exterior mucho de veras quiso guardarla. Usaba
también conversar particularmente con personas varias en pláticas y
ejercicios espirituales, en los quales le era dada gran eficacia para ayudar,
y gran discreción para conocer y gobernar un anima, así tentada, como
visitada del Señor. p. 169 33. [...] y
después en París, donde tenía las mismas ocasiones y mayores de ser tibio en
el estudio, se quietó y venció por la misma vía, ofreciéndose a su maestro en
artes etc. Y porque solía con el maestro Fabro entrar in pláticas
espirituales que, por ser más habituado y gustar más dellas, le hacían
también impedimento para los estudios, hizo con él concierto que por un
tiempo no hablasen de las cosas de Dios. pp. 170-171 35. Pero,
tornando a Barcelona, en el tiempo de su estudio no dejaba de dar de sí buen
odor y ayudar con el ejemplo y conversaciones y ejercicios espirituales a muchas
personas. Comenzó desde allí a tener deseos de juntar algunas personas a su
compañía para seguir el diseño que él desde entonces tenía de ayudar a
reformar las faltas que en el divino servicio veía, y que fuesen como unas
trompetas de Jesucristo; y hubo cuatro compañeros: un Artiaga que después
murió Obispo en las Indias; y un otro Cáceres, que servía al visiorey, y un
otro que se decía Calixto, el cuel él había ayudado para ir a Hierusalem, y a
la vuelta se juntó con él para seguir el mismo modo de vida. Sin estos tres,
se les juntó un otro mancebo. Pero esta su compañía, como parto primerizo, no
se prosperó ni conservó mucho; porque, aunque el Señor los visitaba con
admirable fervor y dones suyos el tiempo que con él perseveraron, entre las
aflicciones y su salida de España se apartoron dél y volvieron al mundo, con
fines muy diversos de tal principio. Alcalà
p. 172 36. Pero,
tornando a mismo Iñigo, después de haber estado en Barcelona algún tiempo,
cuanto duraba el estudio de gramática, determinóse de ir Alcalá para estudiar
con más comodidad las artes y teología; pero comenzaron a ser tanta en aquel
lugar sus ocupaciones espirituales, así en razonamientos particulares de las
cosas del Señor, como en pláticas comune sobre los mandamientos y doctrina
cristiana, que tampoco pudo mucho atender al estudio, tirándole así la sed
que tenía de ayudar a los prójimos, como el provecho espiritual que en muchos
hallaba, saliendo muchos de pecado mortal y otros aprovechándolse en la vía
de Dios por medio de su conversación y exhortaciones que hacía en el hospital
donede estaba, ayudándole sus compañeros a lo mismo, y extendiéndose ya a
muchas personas, que con gran devoción venían a buscarle hasta su cámera en
lo hospital donde estaba. Parigi
p. 177 45. Pues desta
prisión y sentencia tomó ocasión de ir a París, bien que a esto era también
movido por poderse más enteramente dar al estudio, no teniendo la lengua
francesa para comunicarse al prójimo, teniendo también por principal
intención el coger gente en aquella universidad, si Dios N. S. fuese servido
de mover algunos en cuya compañía él insistiese en el servicio divino, en el
modo que juzgaba sería más conveniente a él. Así se fué a pie para París,
haciendo que cierta previsión de dineros que algunas devotas personas de
Barcelona le querían hacer, se la pusiesen en París. Con Fabro e Francesco Saveriopp. 181-182 52. En tiempo
asímismo del estudio atendía a otras muchas buenas obras que sin dispendio
dél podían hacerse, como es favorecer a muchos pobres estudiantes, no
solamente de lo que él tenía, pero de otros amigos, poniendo a unos con amos
que les diesen comodidad de estudiar, haciendo dar porciones a otros,
buscando para otros estudiantes, aconsejando a otros y en diversos modos
ayudándolos. Y con estos mismos medios, ultra del divino servicio presente,
ganaba el amor de muchos, teniendo ojo al fin suyo de traer algunas personas
que más ingeniosas y hábiles para su propósito le parecían. As se hizo amigo
a Fabro, ayudándole en lo temporal, el cual en letras humanas y en artes veía
señalarse, tanto que decía su maestro Peña, que cuando él tenía alguna duda
en Aristóteles, no tená a quien demandársela sino a Fabro su discípulo,
especialmente por ser buen griego. Este fué el primero de los hijos que
perseveraron, el cual después con los ejercicios entró muy profundamente en
las cosas espirituales, y en ellas comenzó a dar mucho buen odor de sí, y
ayudar a muchos, aun antes de partirse de París. A maestro Francisco Xavier
ganó quasi en el mismo tiempo, aunque no con el mismo medio, sino buscándoles
discípulos, cuando regentaba. Tras él al Maestro Laynez, que vino de España
ya docto en artes, y en la misma hostería donde se había apeado, le topó
Iñigo; y dándole alungos consejos, aun para en lo temporal, se le hizo amigo;
y él trajo a Maestro Salméron tras sí, que desde España eran grandes amigos.
Cerca deste tiempo vino Bobadilla de España, y haciendo recurso a Iñigo, como
persona que tenía fama de ayudar aun temporalmente muchos estudiantes, fué
dél ayudado, procurándosele comodidad de poder estar y estudiar en la
universidad. I
primi 10 compagni
p. 183 53. Todos estos
5, por vía de ejercicios y conversación, vinieron a mucho aprovecharse en las
cosas espirituales, y determinarse de dejar el mundo y seguir el insituto de
Iñigo, y esto quasi en un tiempo, acabado el curso de artes. Después dellos
vino M.° Claudio por la misma vía en el mismo propósito. Y más cerca del fin
vino M.° Simón, que de antes que conociese al M.° Iñigo erat vir
desiderorium, aunque por ventura no tanto secundum scientiam; y hablándole y
conversándole, entró en el mismo propósito. Otros dos, que son M.° Pascasio y
M.° Joan Coduri, ganáronse por vía del M.° Fabro, después de Iñigo partido. Y
estos son lo 10 que sólos había, cuando se insituyó y confirmó la Compañía,
como después se dirá. A servizio di tutti i carismipp. 183-184 54. Sin éstos
había el Señor movido por Iñigo diversas personas (como en todos los lugares
donde ha estado) a más servirle, continuando las confesiones y comuniones y
otros espirituales ejercicios, y algunos a dejar totalmente el mundo, y
meterse en la vía de la pobreza y la cruz de Cristo; de los cuales algunos
han tornado atrás, aunque les quedan algunos vestigios del Señor, y viven
cristianamente; otros han entrado en diversas religiones, como franciscanos,
dominicanos y cartujos, en las cuales perseveran con muy buen ejemplo y
edificación. Pero, entre los otros, hubo los arriba dichos y tre otros que
por vía de oración se habían determinado de servir a N. Señor, dejando todas
las cosas del mundo, siguiendo el modo de vivir de Iñigo. Dos destos tre (no
siendo aún cierto el modo de vivir que Iñigo y los otros habían de seguir,
sino que estaban, come se ha dicho, determinados de emplearse, dejadas todas
cosas, en lo que mayor servicio de Dios y bien de las ánimas sintiesen),
entraron en la orden de S. Francisco, donde se sabe del uno que hace gran
fructo y es gran siervo de Dios; otro tornó atrás de sus buenos propósitos, a
quien aun es esta vida no ha faltado exterior castigo. Il voto di Montmartre
|