Giacomo Lainez,
Epistola Patris
Laynes de P. Ignatio,
(Bologna 16 giugno
1547) in FN I,
MHSI, Roma 1943

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Il
voto di Montmartre
e la vita di comunione dei primi gesuiti a Parigi
Il viaggio da Parigi a
Venezia
A Venezia
In varie città del Veneto
Vivendo in povertà
A Roma
Con i poveri
Il discernimento in comune
Ignazio di Loyola
Il voto di Montmartre
e la vita di comunione dei primi gesuiti a Parigi
pp. 102-104
30. Los otros,
que fueron 9, quedamos en París a complir los estudios, asignando el tiempo
hasta el día de la conversión de sant Paulo del 1537, aunque después, por
cosas que ocurrieron de guerras y no sé qué otras cosas, salimos a quince de
noviembre de 1536. Y allí nos confirmamos, parte en la oración y confesión y
comunión frequente; parte con los estudios, que eran de cosas sacras; parte
con haber hecho voto de dedicarse al servicio del Señor, en pobreza,
comenzando desde el tiempo dicho; y este voto renovando y confirmando cada
uno una vez el día de nuestra Señora de Agosto, en sancta Maria de Monte Martyrum,
donde primero lo hicimos, después de la confesión y comunión; y ansí después
lo confirmábamos, quedándonos después allí a comer en caridad. Lo qual
también continuábamos entre el año; porque de tantos a tantos días nos íbamos
con nuestras porciones a comer a casa de uno, y después a casa de otro. Lo
qual, junto con el visitarnos a menudo y escalentarnos, creo que ayudase
mucho a mantenernos. En este medio tiempo el Señor especialmente nos ayudó
ansí en las letras, en las quales hicimos mediano provecho, enderezándolas
siempre a gloria del Señor y a útil del próximo, como en tenernos especial
amor los unos a los otros, y ayudarnos etiam temporalmente en lo que podimos.
Il viaggio da Parigi a Venezia
pp. 106-108
33. La manera
del venir era a pie y con vestidos de poco precio y con nuestros libros a
cuestas; y cada día los sacerdotes, que eran tres, M.° P.° Fabro y M.°
Claudio y M.° Pascasio, decían misa; y los otros que éramos escolares, nos
confesábamos y comulgábamos. Al entrar de la posada la prima cosa era hacer
un poco de oración, haciendo gracias a nuestro Señor de los beneficios
recebidos; y otro poco de oración al salir; y en el comer, comíamos lo que
bastaba, y antes menos que más. Entre el caminar, o veníamos rezando, o
pensando en cosas de Dios, según que nos daba su gracia, o hablando de cosas
buenas. Y desta manera, aunque éramos novicios en el caminar, y aunque nos
llovió quasi cada día por toda la Francia, y venimos sobre la nieve por todo
el camino de Alemania; nuestro Señor por su bondad nos ayudaba y libraba de
peligros; de manera que etiam los soldados
y luteranos nos guiaban y nos hacían buenan compañía.
A
Venezia
pp.108-110
35. Y desta
manera llegamos a Venecia a ocho de enero de 1537, donde hallamos al padre
M.° Ignacio y otro siervo de Dios que allí había tirado de las cosas del
mundo, que se llamaba el bachiller Hozes, y también don Diego de Eguía y
Estevan de Eguía, su hermano, los quales habían tornado de Hiersualem.
Llegados allí, nos dividimos, nueve que veniámos y el bachiller Hozes; cinco
fueron a estar en el hospital de los incurables, y cinco en sant Juan y Polo,
donde hasta la media quaresma, dexados los estudios, nos exercitamos en el
servicio a los pobres; y el maestro Fabro especialmente se ocupaba en
confesiones, y así mismo el bachiller Hozes. Mastro Francisco, con notable
fervor y caridad y victoria de sí mismo hasta tamer o tragarse la sarna de
uno que tenía mal francés, se exercitaba en servir a aquellos pobres y
contentallos; en lo que uno hacía lo que podía, y con tanto buen odor, que
dura hasta hoy en Venecia.
In varie città del Veneto
p. 118
41. Y en este
medio nos aparejamos para el sacerdocio, del qual nos ordenamos el día de
sant Juan Baptista, con mucha consolación nuestra y también del obispo
Arbense, que sin llevarnos ni un quatrin ni una candela, nos ordenó; y decía
que en su vida no había hecho tal ordenación con tanta satisfación suya.
Ordenados, porque con los pobres teníamos que hacer, y no non podíamos así
preparar de decir la prima misa, acordamos de salir de Venecia, y sin salir
de la Señoria (porque esperábamos si el año siguiente pasaba nave en
Hiersualem), nos dividimos de dos en dos por diversas tierras: M.° Ignacio,
M.° Pedro Fabro y M.° Laynes a Vicencia; M.° Francisco y Salmerón a Montelese,
M.° Juan Coduri y el bachiller Hoze a Treviso; M.°Claudio y M.° Simon a
Bassán; M. ° Paschasio y M.° Bobadilla a Verona.
Vivendo in povertà
pp. 118-120
42. Y en estos
lugares, allende de prepararnos a la misa y exercitarnos en pedir limosna,
comenzamos a exercitarnos en predicar con poco o ningún estudio y en las
plazas, más por mortificación propria, que por otra cosa; aunque siempre se
hacía algún fruto. Porque aun en Vincencia, donde al principio era menester
ir dos vecese cada día a pedir limosna, para haber tanto pan quanto habíamos
menester, sin otro vino ni carne, sino alguna vez un poco de butiro o olio; y
estando sin cama ni porta ni ventana, sobre un poco de paja etc., estando
enfermos; después a la fin se habían encomenzado tanto a aficionar, que para
once que allá se congregaron, daban abundantemente limosna. Hechos luegos
todos sacerdotes, y dichas las priemaras misas, excepto el padre M.° Ignacio
que dixo la suya mucho después, congregándonos en Vicencia, deliberamos de
repartinos (todavía esperando el pasaje) por diversas universidades de
Italia, por ver si nuestro Señor se dignase de llama algún estudiante a
nuestro instituto.
A Roma
p. 124
47. Pasado el
año 37 y el principio del 38, después de la quaresma nos congregamos todos a
Roma; y al principio estábamos en una casa cerca de la Trinidad; y entre las
dos pasquas empezamos todos a predicar en diversas iglesias; y M.° Ignacio
predicaba en español en Sancta María de Monserrate; los otros en italian tal
qual; M.° Fabro en sant Lorenzo in Damaso; M.° Jayo con especial satisfación
en sant Luis; M.° Salmerón en Sancta Lucía; M.° Simón en sant Angel en
Pesquería; M.° Bobadilla en una iglesia que está en Bancos; M.° Laynes en
sant Salvador en Lauro.
Con
i poveri
pp. 124-126
48. Este
predicar, a lo menos era propria mortificación; después algunas almas se
satisfacían de quién más, de quién menos; y a lo menos se dió un principio
exhortando a las confesiones y comuniones, de manera que después acá son en
Roma más frequentes que en antes; y se ha dado ocasión a diversas obras pías
generale,come la obra de los niños huérfanos, la de los catecúmenos, la de
sancta Marta, la de recojer los pobres; que en un tiempo de carestía se daba
de comer a 400. El modo se podrá allá saber. Allende desto, se dispensaban
por vía del P. M.° Ignacio muchas limosnas, así a monasterios, como a
personas particulares; y esto fidelísimamente, sin quedar un quatrín en casa;
aunque los que daban la limosna creo que holgarían más que quedase allí. Han
confesado y oído sermones diversas personas grandes, etc. predicándose en
diversos monasterios y hospitales, a los quales también ha dado gente que
sirva por amore de Dios, etc.
Il discernimento in comune
p. 128
49. Estando
luego en Roma el año dicho, haciendo oración primero, después nos juntamos; y
de artículo en artículo, de cosas que tocában a nuestra vocación, cada uno
traía las razones pro y contra; y sin discrepar ninguno, nos deliberamos
primero en que sería bien procurar de hacer una compañia que durase, y no
solamente tener cuenta de nuestros individuos; después íbamos particularmente
concluyendo de la pobreza, obediencia, probaciones, colegios y otros
exercicios de nuestra vocación.
Ignazio di Loyola
p. 136
56. Del p. M.° Ignacio,
que me había olvidado, he notado diversas cosas, como serían gran cognición
de las cosas de Dios, gran afición a ellas, y más a las más abstractas,
separadas, gran consejo y prudencia in agendis, y don discretionis spiritus;
gran fortaleza y magnanimidad en las tribulaciones, gran simplicidad en el no
juzgar a ninguno y en enterpretar todo a bien, gran modo de negociar y
ocuparse a si mismo y otros en el servicio de Dios.
pp. 138-140
59. Otras cosas
diversa me ha contado de visitaciones que ha tenido sobre los misterios de la
fe, como sobre la Eucaristía, sobre la persona del Padre especialmente y por
un cierto tiempo después, creo, sobre la persona del Verbo; y últimamente
sobre la persona del Espíritu Santo. Y me acuerdo que me decia que las cosas
de Dios nuestro Señor más se había passive que active; lo qual personas que
contemplan, como Sagero y otros, ponen en el último grado de perfección. Es
tan tierno en lágrimas de cosas eternas y abstractas, que me decía que
comúnmente seis o siete veces al día lloraba. Tiene tanto cuidado de su
consciencia, que cada día va confiriendo semana con semana y mes con mes y
día con día, y procurando cada día de hacer provecho; de manera que decía, si
me acuerdo, un día che lo que había tenido en Manresa (lo qual en el tiempo
de la distracción del estudio solía magnificar y llamar su primitiva
Iglesia), era poco, en comparación de lo de agora.
p. 140
60. Es algo
rigoroso con quien no quiere abnegarse y ofrecerse a nuestro Señor; y con
quien torna atrás; con los otros es benigno. Es firme en lo que una vez juzga
o por lumbre divina o por razón, con tal que sea persuadido; y no se dexa
fácilmente mover; pero en cosas que no tiene lumbre, dexa fácilimamente su
parecer en los otros. Es de verdad contemptor mundi; y si fuese según su
apetito, como me ha dicho, lo mostraría no curando de ser tenido por loco, y
andando, como decía, descalzo y con su pierna mala de fuera, y con cuernos al
cuello; pero por ganar las almas, no muestra nada desto. Quanto a la
castidad, tiene un grado alto, porque es mucho señor de su natura con puridad
del espiritú; quasi no siente nada en la parte inferior. Tiene diversas
enfermedades, y en ellas poca consolación espíritual y mucha paciencia, etc.
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